Tengo en las
manos una bandera con el color rojo, blanco y verde, como la enseña italiana
pero en vertical. Levanto la mirada y veo que estoy en un torneo medieval. Le
doy la vuelta a la bandera y en la parte de detrás tiene tres secciones igual
que por delante. Una con rombos y unas inscripciones árabes, otra con flores de
lis y tres símbolos de izquierda a derecha que son; una taza, una boca con la
lengua afuera y un inodoro. La tercera parte no la recuerdo. Pero sí recuerdo
una voz que me dice: el error es necesario.
En el fragmento
de este sueño no tenemos ninguna acción relevante pero si gran cantidad de
simbolismos. La bandera, los colores, los símbolos y la ambientación.
Empezando
por la ambientación, el hecho de que sea en una época que no es la actual es
indicio de vida pasada, cosa que se refuerza cuando Mariola me apunta que este
sueño no es como los que tiene habitualmente, las sensaciones han sido más
profundas. Planeamos hacer una regresión a este sueño para indagar al respecto
ya que la vida en
cuestión puede tener más información relevante para el momento actual.
Por otro lado la bandera es un símbolo patriótico, de conquista
que suele relacionarse con sentimientos de exaltación. Le indica a Mariola la
consecución de uno de sus más elevados anhelos. Su fuerza de voluntad que consigue objetivos siendo admirada y apoyada en sus
decisiones, por las personas que le rodean. El resto de simbolismos están
adheridos a la bandera y refuerzan las virtudes de las que dispone para
alcanzar el éxito en sus proyectos. Los colores, la energía de la pasión, la
pureza y espiritualidad del trabajo y la constancia. Las ideas fértiles, la
destreza en organizarlas y desarrollarlas, el equilibrio emocional.
Este sueño es un regalo que
le confirma a Mariola su buen hacer.
Bárbara Ramos
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