La sinceridad es un valor muy preciado, ésta es la vía para llegar a la confianza en uno mismo y en los demás.
Solemos faltar a la sinceridad por miedo a que si somos sinceros tengamos que enfrentarnos a un conflicto o rechazo.
Ser sincero implica ser coherente y honesto contigo mismo sopesando las consecuencias de esa sinceridad antes de mostrarla a los demás.
La claridad de la sinceridad junto a la seguridad que proporciona la honestidad, forman parte de lo que significa amarse a uno mismo mostrando a los demás cuál es tu lugar.
Éste cóctel puede molestar a personas inseguras, acomodadas en la dependencia y que les cuesta asumir las consecuencias de sus actos.
La sinceridad no da derecho a juzgar y evaluar a los demás. El único derecho que debe otorgar es la libertad y lo que ella conlleva.
Además de en las palabras las muestras de sinceridad se esconden en la limpieza de una mirada, la profundidad de un gesto y su complicidad, un apretón de manos……
Para sacarle todo el partido a la sinceridad vas a necesitar además de comprensión, flexibilidad y empatía.
“La sinceridad no es una obligación, es una opción”.
Si te cuesta ser sincero en tu entorno, si tu sinceridad te trae problemas, o te gustaría serlo pero hay situaciones que te lo impiden por miedo al rechazo o a no sentirte comprendido laPsicoterapia Transpersonal y La Terapia Regresiva pueden ayudarte.
Bárbara Ramos
Psicoterapeuta Transpersonal
psicoamavir@gmail.com
Tel.: 619-181527
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