Los sueños son experiencias reales impulsadas por sentimientos disfrazados de deseos reprimidos que ocurren en un mundo no material: nuestra realidad no es sólo física, en paralelo también existe un reino invisible donde nos hallamos con las
fuerzas de nuestra mente y nuestra alma. Cuando dormimos, perdemos conciencia
de nuestro cuerpo y del entorno físico y nos abrimos a una conciencia más
amplia sin tiempo ni espacio . Dormirse significa que lo
exterior se hace inconsciente y lo subconsciente consciente. Los sueños son
mucho más que fantasías: son experiencias que nos ofrecen una descripción
simbólica, que tienen el objetivo de llamar nuestra atención hacia actitudes,
sentimientos, capacidades… de las que no somos conscientes.
En los sueños, podemos ver desde otros puntos diferentes las experiencias que vivimos día a día, problemáticas, relaciones, sentimientos... En ocasiones éstos pueden ser tan fuertes que consiguen que hagamos cambios en la
forma en que sentimos, pensamos y actuamos en nuestra vida diaria.
Los sueños son necesarios para
nuestra salud mental como válvula de escape de las experiencias que no podemos procesar conscientemente y nos envían mensajes en clave para hacernos conscientes de aquello que no alcanzamos a ver para que prestemos atención a nuestras realidades y lo que debemos hacer con ellas.. Todos soñamos aunque no lo recordemos, nuestra mente permanece activa toda la noche. Es decir, que los sueños son el
centro autorregulador e integrador de la vida interior de la personalidad.
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